Lo que los convenios colectivos inventaron a favor de los trabajadores.

Como una muestra de la capacidad creativa de los convenios colectivos de trabajo, recordemos que algunas instituciones que ahora están reconocidas por ley y con alcance para todos los trabajadores tuvieron su origen en convenios colectivos de determinadas actividades.

Las asignaciones familiares

Fue en los convenios colectivos que se implementó un adicional por cargas de familia, inicialmente a cargo del empleador. Después se fueron creando cajas compensadoras (administradas por patrones y trabajadores), para que todos los empleadores cotizaran una suma equivalente, y la Caja después pagaba a cada uno según sus cargas de familia. El sistema finalmente pasó a ser administrado por el Estado y se hizo extensivo a todos los trabajadores.

Las obras sociales

El sistema de obras sociales también fue una creación de los convenios colectivos. Algunas actividades establecieron aportes obligatorios de empleadores y empleados destinada a brindar cobertura médica a los trabajadores de la actividad y su familia. También en este caso, con el transcurrir del tiempo, una ley hizo obligatorio para todas las actividades lo que algunos gremios ya había conseguido.

La renovación de los convenios. Ultraactividad.

Los convenios colectivos de trabajo tienen un plazo de vigencia (normalmente un año). Vencido un convenio colectivo de trabajo, o antes de su vencimiento, las partes deben reunirse en una nueva paritaria para discutir el nuevo texto.

Mientras no se acuerde un nuevo convenio, el anterior, aunque se encuentre vencido, sigue vigente. Es lo que se conoce con el nombre de ultraactividad.

Este mecanismo de la ultraactividad de los convenios tuvo, como veremos seguidamente, consecuencias políticas y legales muy importantes en los años recientes.

La paralización de la negociación colectiva y sus problemas

La última dictadura militar además de congelar la actividad sindical, encarcelar dirigentes y delegados y prohibir las huelgas, también prohibió la negociación colectiva.

Los convenios colectivos que se habían firmado por última vez en 1975 quedaron prorrogados por años y años.

Pero cuando en 1983 se recuperó la democracia, este congelamiento se mantuvo. Así recién en 1989 se habilitó nuevamente la negociación colectiva.

Negociación a la suba y a la baja.

En 1989, nada menos, cuando se habilitaron nuevamente las paritarias, se dio un fenómeno muy particular.

Los convenios colectivos de trabajo hasta ese momento habían sido una herramienta para el progreso de los trabajadores (hasta el extremo que los gobiernos de facto prohibieron la negociación).

Pero con los cambios propios de la llamada flexibilidad laboral, el gobierno y los grupos empresarios empeñados en llevar adelante ese plan para rebajar la protección legal de los trabajadores, pensaron que el convenio colectivo era una arma útil para obligar a los trabajadores a hacer concesiones:

  • Para pactar rebajas de salarios más o menos disimuladas (rebaja de adicionales, achicar categorías).
  • Para habilitar las llamadas “modalidades promovidas de contratación“ (los conocidos “contratos basura”)
  • Para perder otros beneficios y mejoras.

El poder político, económico y social del gobierno y las grandes corporaciones se aprovecharon de la debilidad del movimiento obrero para utilizar el convenio colectivo como medio de obtener ventajas para el sector empresario forzando una negociación a la baja, y hacerle perder derechos y recortar beneficios.

En esta nueva etapa el convenio colectivo de trabajo pasó de ser una herramienta para el progreso de los trabajadores a constituirse en un medio para la desprotección de los trabajadores.

En muchos casos, los dirigentes sindicales resistieron el intento y así fue como sus convenios colectivos de trabajo se mantuvieron en estado de ultraactividad durante más de veinte años.

Esa es una de las razones por las que muchos de los viejos convenios de 1975 no fueron renovados y hoy siguen (patológicamente) ultraactivos.

El futuro de la negociación colectiva.

Los convenios que se han mantenido sin renovarse (salvo en materia de salarios, por supuesto), deben ser renovados para adecuarlos a la realidad del mundo del trabajo y las necesidades de los trabajadores.