Las Pasantías: otra forma de fraude

Otro mecanismo muy frecuente empleado por los patrones para procurarse mano de obra barata, y librarse de obligaciones para con el personal, lo constituye el sistema de pasantías.

Supuestamente las pasantías están destinadas a brindar capacitación y entrenamiento a trabajadores estudiantes de nivel secundario o universitario, para que éstos hagan una práctica de profesional.

Estos contratos están sujetos a una serie de controles y formalidades, ya que deben documentarse por escrito, con intervención de una entidad educativa, y control del Ministerio de Educación.

Hecha la Ley, hecha la trampa.

Estas relaciones no tienen carácter laboral. Lo que significa que los becarios no son considerados trabajadores, y por lo tanto carecen de todo derecho de carácter laboral, lo que los hace muy tentadores para las patronales.

Por eso, lamentablemente, en la práctica, termina siendo una de las formas más comunes de abuso, y es frecuente que las empresas contraten a un estudiante de antropología para lavar bandejas en un restaurant que vende hamburguesas, o una futura licenciada en pedagogía para ayudar a embolsar mercadería en un supermercado.

Otra vez el juicio.

Como en todos los demás casos de abuso y fraude que hemos visto, la única solución para este tipo de abusos es que el trabajador, cuando se cansa de ser explotado, o cuando la empresa le notifica que terminó la pasantía, tendrá que encarar un juicio para que se declare que esa pasantía era falsa y que en realidad encubría un contrato de trabajo.